Ésta es una historia que trata de soltar amarras. De romper las cadenas de una sociedad que nos quiere quietas, obedientes, normativas, productivas, fértiles, alienadas y consumidoras de capitalismo. Es una historia de dejarlo todo atrás para salir a buscar la libertad, para ser contadoras en primera persona del mundo, para descubrir quiénes somos y qué queremos en la vida. De dejar de esperar y actuar. Y es una historia pequeña, de dos mujeres que decidimos que, sin ser especialmente valientes ni singulares, decidimos comprobar por nosotras mismas qué pasa cuando se sale de la zona de confort.

Cuál Thelma y Louise, somos Eva y Ana, protagonistas de esta aventura sobre la amistad, el feminismo, el viajar sin prisa y el construirse una forma de vivir lejos de las convenciones. Un día decidimos que ya era hora de tomar las riendas de nuestras vidas y de escribir nosotras mismas nuestra historia. Con esa inocencia de cuando algo sale directo del corazón y esa fuerza de la inconsciencia. Cuando se actúa por pálpito y sin darle demasiadas vueltas a las cosas. Cuando pensar o planificar está sobrevalorado.

El viaje ha cambiado por completo nuestras vidas y nos ha permitido tomar consciencia que podemos conseguir lo que queramos, que los límites son barreras mentales que es necesario superar y que es fuera de la zona de confort dónde suceden las mejores experiencias.

«A lomos de un pedazo recortado de cielo iniciaron un viaje. El punto de partida, escondido bajo sus cabelleras, los surcos del cerebro dónde cual semillas se acumulaban preguntas e inquietudes. Médula espinal abajo pasaron los primeros días, en un cabalgar vértebras de pura excitación hasta alcanzar un terreno más plano y paseable, la fina planta de sus pies en barbecho donde, el reposo y las sin prisas, les hicieron bien.»

Gustavo Duch.